Hacia una gestión de clase participativa en Educación Superior



Trabajar en una clase con el propósito de que los estudiantes se involucren de manera activa en una clase implica cambios en muchos aspectos de la docencia, en especial en cómo gestionamos el ambiente de aprendizaje. En el contexto tradicional de la educación universitaria, lo que tiene que hacer un profesor se reduce a seguir el libro de texto y resolver  ejercicios, mientras que otra persona, generalmente un profesor ayudante, se encarga de revisar ejercicios, tareas y exámenes.  Sin embargo, cuando intentamos trabajar teniendo como centro el aprendizaje del estudiante, las tareas que tiene que hacer el profesor parecen multiplicarse: planear actividades que busquen involucrar activamente al estudiante, curar recursos que apoyen el aprendizaje, administrar uno o varios sitios de internet, retroalimentar al estudiante, evaluar para el aprendizaje y un gran etcétera que en mi Universidad se supone que uno tiene que hacer sólo. Un cambio profundo en el marco de pensamiento del profesor tiene que lograr transitar del trabajo aislado, a la colaboración con todos los integrante del centro escolar, desde pensar el curso de manera colectiva con otros profesores, hasta involucrar a los estudiantes en el trabajo de gestión de la clase, lo que permite dedicar más esfuerzos a incidir sobre el aprendizaje de los estudiantes a su vez que se comparten algunas responsabilidades. 

Los estudiantes están acostumbrados a ser sujetos pasivos de su proceso de aprendizaje, en donde copiar las notas del pizarrón o de algún compañero forma parte de su actividad cotidiana y no están acostumbrados a obtener retroalimentación acerca de lo que hacen. La cantidad de tareas acumuladas en mi oficina demuestran que a la mayoría de los alumnos no les importa recuperar sus trabajos para una futura consulta.

¿Qué se puede hacer al respecto? Aquí escribo una pequeña lista de actividades que estoy llevando a cabo y que he recuperado de lo que comparten profesores en páginas de internet, blogs y videos, y que hemos adaptado un grupo de profesores para aplicar con nuestros estudiantes de nivel superior.

1. Rúbrica y bitácora. Las rúbricas son un valioso instrumento de evaluación ya que permite a los estudiantes saber qué es lo que se espera de ellos en las diferentes actividades realizadas. Por ejemplo, si queremos que los estudiantes escriban sus razonamientos en su bitácora, la rúbrica debe hacer explícita esta demanda. La rúbrica se puede utilizar para que los estudiantes se evalúen a sí mismos y a sus compañeros. Adicionalmente, si se les pide a los estudiantes tener una bitácora en donde concentren la mayoría de sus trabajos, ellos podrán tener una referencia de lo que se hizo en el curso para futuras consultas. El siguiente video realizado por Juan Pablo Sánchez, explica con mucha claridad, en qué consisten las rúbricas y cómo funciona la rúbrica de cuaderno de matemáticas:



En la bitácora de mi clase de Termodinámica y Fluidos yo espero que los estudiantes escriban razonamientos y procedimientos, no sólo operaciones numéricas. También para mi es importante que dibujen esquemas en donde puedan dar explicaciones de los diferentes experimentos que trabajamos en clase.

2. Periódico mural. ¿Qué tal si ponemos énfasis en que los estudiantes entreguen productos, no para calificarlos, sino para que se publiquen, ya sea en un periódico mural o en una página de internet? De esta manera, los estudiantes cuidarían mejor el trabajo entregado y tendrán la satisfacción de que su material puede ser visto (y utilizado) por más personas. Una de las ideas que estoy comenzando a poner en práctica es colocar noticias relacionadas con los temas de clase y que puedan ser analizados y explicados por los estudiantes.

Poster-actividad para practicar conversiones y realizar una campaña para no utilizar el celular en clase.
3. Diario escolar. En este diario, que puede ser un documento compartido de Google, a cada estudiante le toca escribir qué es lo que se vio en cada clase. Se pueden incluir fotos, videos y referencias bibliográficas. Esta actividad es muy útil, sobre todo si tomamos en cuenta que existen estudiantes que estudian, trabajan y tienen familia, por lo que a veces es frecuente que tengan que faltar a las clases. Al principio el profesor debe hacer él la bitácora para mostrar lo que se espera que realicen los estudiantes, pero después los estudiantes se hacen cargo de este trabajo. Aquí hay un ejemplo de la bitácora de la clase de Termodinámica y Fluidos:



Hacer a los estudiantes participantes activos de la creación de un ambiente de aprendizaje es la mejor manera de tener un escenario ganar-ganar, en donde se reparte la responsabilidad y los estudiantes pueden experimentar un ambiente de trabajo diferente. ¿Qué otras estrategias de gestión de clase participativa conoces?

Recursos: Flippeando Tajamar es un canal de vídeos sobre aula invertida en donde explican con mucho detalle (y generosidad) herramientas didácticas.

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