Los retos de evaluar para aprender en la Universidad: Parte 1
¿Cuáles son los retos que enfrentamos al transformar la manera en que evaluamos en la universidad? A partir de las estimulantes entradas de Carlos Magro sobre Aprobar o aprender y de la conferencia de Eric Mazur sobre la calificación, el silencioso asesino del aprendizaje estoy transformando la manera de abordar la evaluación en las clases de Física que imparto en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. No es fácil cambiar hábitos y creencias heredadas de la costumbre: Los estudiantes asocian únicamente a la evaluación con presentar un examen y entregar tareas, mientras que los profesores muchas veces la limitamos al acto de aplicar y calificar un examen. En este texto comparto mi experiencia, no exenta de dificultades, éxitos y fracasos al intentar imaginar una educación donde la evaluación sea un elemento fundamental para mejorar la experiencia de aprendizaje de profesores y estudiantes.
Establecer objetivos de aprendizaje desde el principio del curso para aclarar a los estudiantes qué esperamos que puedan hacer
¿Acaso el propósito de una clase de Mecánica no es enseñar los conceptos de Mecánica que están en el programa y esto lo podemos calificando un examen con problemas que aparecen al final del capítulo de un libro de Física? Al preguntarles a los estudiantes sus dificultades que han tenido en los cursos de física anteriores, su respuesta es muy reveladora ya que señalan que les cuesta trabajo aprender de memoria las fórmulas y encontrar la manera de sustituir los datos del problema. Es por eso que explicitar lo que se espera de los estudiantes es una de las tareas fundamentales en las que hay que trabajar y cuyo alcance abarca toda la acción docente. Para mi curso de Termodinámica y Fluidos construí una tabla de indicadores en forma de rúbrica que comparto a continuación:
Utilicé esta rúbrica a mediados del semestre al revisar el trabajo de mis estudiantes en sus bitácoras y exámenes. Me di cuenta que les estoy pidiendo a mis estudiantes realizar acciones que generalmente no se les exige, como escribir razonamientos o utilizar esquemas, por lo que existe una gran desorientación acerca de qué significan realizar bien estas tareas. Me hubiera gustado trabajar estos criterios desde el principio del curso para permitir que los estudiantes tuvieran más claridad acerca de lo que se les pide, como escribir un razonamiento. En el próximo ciclo escolar voy a poner ejemplos de cómo utilizar estos criterios de evaluación para analizar el trabajo cotidiano en clase. Una de las dificultades que encuentro para trabajar en torno a establecer objetivos de aprendizaje, es que los profesores estamos acostumbrados a trabajar alrededor de los contenidos, por lo que es difícil de pensar el curso en términos de procesos y herramientas de análisis, así como de productos más allá de la resolución de los ejercicios que se presentan al final de los capítulos de los libros.
En la misma sintonía, Rhett Allain escribe en su artículo sobre las calificaciones en la revista Wired, acerca de una alternativa a calificar en el uso de estándares de aprendizaje, por ejemplo:
Encuentro muy útil las recomendaciones de Richard Dufour acerca de qué preguntas deberían hacerse en una comunidad profesional de aprendizaje para docentes: ¿qué es lo que queremos que cada estudiante aprenda?, ¿cómo sabremos si los estudiantes han adquirido estos aprendizajes? y ¿qué haremos con las dificultades de aprendizaje? Yo agregaría una cuarta pregunta: ¿qué saberes deben tener los estudiantes para acceder a los aprendizaje esperados?
Discutir y reflexionar sobre la evaluación para el aprendizaje es fundamental para la discusión de la transformación de la educación en la educación superior. Hay dos libros que recomiendo para fundamentar estas discusiones:
10 ideas claves para evaluar para aprender de Neus SanMartí, recomendado por Carlos Magro. Las ideas que he expresado en esta entrada son explicadas con claridad en este texto, imprescindible para aprender a evaluar.
Reflexiones, ideario y realidades de la Certificación en la UACM, de María Elena Hope, es un libro que abre la reflexión sobre la evaluación en nuestra universidad, que en su proyecto educativo establece la diferencia entre evaluación diagnóstica, formativa y de certificación. Acercar el ideario pedagógico a lo que pasa en las aulas es una tarea en la que podemos participar todos, para lo cual hay que seguir insistiendo en los espacios de discusión y reflexión de las experiencias docentes en espacios tanto virtuales como físicos.
¿Acaso el propósito de una clase de Mecánica no es enseñar los conceptos de Mecánica que están en el programa y esto lo podemos calificando un examen con problemas que aparecen al final del capítulo de un libro de Física? Al preguntarles a los estudiantes sus dificultades que han tenido en los cursos de física anteriores, su respuesta es muy reveladora ya que señalan que les cuesta trabajo aprender de memoria las fórmulas y encontrar la manera de sustituir los datos del problema. Es por eso que explicitar lo que se espera de los estudiantes es una de las tareas fundamentales en las que hay que trabajar y cuyo alcance abarca toda la acción docente. Para mi curso de Termodinámica y Fluidos construí una tabla de indicadores en forma de rúbrica que comparto a continuación:
Utilicé esta rúbrica a mediados del semestre al revisar el trabajo de mis estudiantes en sus bitácoras y exámenes. Me di cuenta que les estoy pidiendo a mis estudiantes realizar acciones que generalmente no se les exige, como escribir razonamientos o utilizar esquemas, por lo que existe una gran desorientación acerca de qué significan realizar bien estas tareas. Me hubiera gustado trabajar estos criterios desde el principio del curso para permitir que los estudiantes tuvieran más claridad acerca de lo que se les pide, como escribir un razonamiento. En el próximo ciclo escolar voy a poner ejemplos de cómo utilizar estos criterios de evaluación para analizar el trabajo cotidiano en clase. Una de las dificultades que encuentro para trabajar en torno a establecer objetivos de aprendizaje, es que los profesores estamos acostumbrados a trabajar alrededor de los contenidos, por lo que es difícil de pensar el curso en términos de procesos y herramientas de análisis, así como de productos más allá de la resolución de los ejercicios que se presentan al final de los capítulos de los libros.
En la misma sintonía, Rhett Allain escribe en su artículo sobre las calificaciones en la revista Wired, acerca de una alternativa a calificar en el uso de estándares de aprendizaje, por ejemplo:
- Los estudiantes pueden realizar operaciones vectoriales básicas: sumar, restar y encontrar su magnitud.
- Los estudiantes pueden usar el principio del Momentum para resolver un problema interesante.
Encuentro muy útil las recomendaciones de Richard Dufour acerca de qué preguntas deberían hacerse en una comunidad profesional de aprendizaje para docentes: ¿qué es lo que queremos que cada estudiante aprenda?, ¿cómo sabremos si los estudiantes han adquirido estos aprendizajes? y ¿qué haremos con las dificultades de aprendizaje? Yo agregaría una cuarta pregunta: ¿qué saberes deben tener los estudiantes para acceder a los aprendizaje esperados?
Discutir y reflexionar sobre la evaluación para el aprendizaje es fundamental para la discusión de la transformación de la educación en la educación superior. Hay dos libros que recomiendo para fundamentar estas discusiones:
10 ideas claves para evaluar para aprender de Neus SanMartí, recomendado por Carlos Magro. Las ideas que he expresado en esta entrada son explicadas con claridad en este texto, imprescindible para aprender a evaluar.
Reflexiones, ideario y realidades de la Certificación en la UACM, de María Elena Hope, es un libro que abre la reflexión sobre la evaluación en nuestra universidad, que en su proyecto educativo establece la diferencia entre evaluación diagnóstica, formativa y de certificación. Acercar el ideario pedagógico a lo que pasa en las aulas es una tarea en la que podemos participar todos, para lo cual hay que seguir insistiendo en los espacios de discusión y reflexión de las experiencias docentes en espacios tanto virtuales como físicos.
Hoy tuve contacto con tu blog. Las preguntas que te planteas me parecen pertinentes.. ¿De acuerdo con el programa que deben aprender los estudiantes' ¿Qué conocimientos y habilidades deben desarrollar en el curso?¿Cómo identificar esos conocimientos' ¿Qué deben poder realizar para que podamos decir que han aprendido? Son las que me he planteado como ´profesor de física, de matemáticas, y de otras asignaturas en la Universidad de Quintana Roo. La función docente demanda que el profesor asigne una calificación a cada estudiante, lo que realizamos de acuerdo con nuestra percepción de lo que aprendieron en el curso. Para ello utilizamos los exámenes, y quizá algunas otras actividades que nos muestren que los estudiantes han aprendido, que han desarrollados conocimientos y habilidades. Los exámenes son mas utilizados, aunque no siempre y necesariamente muestran lo que han aprendido los estudiantes. Una entrevista posterior al examen muestra lo que han aprendido los estudiantes. El examen es una actividad en la que los estudiantes aprenden más. Los alumnos que acuden con el maestro y comentan d elos errores cometidos en el examen, son evidencia de ello.
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