El dilema del prisionero, la cooperación y la UACM
El dilema del prisionero, la cooperación y la UACM
En
una ocasión, al intentar llegar a la Universidad por una de las callecitas de
las colonias aledañas, la presencia de un pequeño mercado sobre ruedas impedía
la circulación normal en dos sentidos. En el momento de llegar a este cruce,
tres automóviles llegaron por el otro lado queriendo pasar, mientras que dos
coches por detrás mío, impedían que yo maniobrara en reversa. Nos quedamos un
buen rato esperando que los conductores del otro lado nos cedieran el paso.
Nadie quería ceder.
Tratar
de resolver los problemas que nos aquejan como sociedad desde una perspectiva
multidisciplinaria es uno de los fines que persigue la Universidad Autónoma de
la Ciudad de México. ¿Para qué nos puede servir la formación científica para
abordar el conflicto por el que atravesamos? Existe una rama de las matemáticas
que lleva el nombre de Teoría de juegos la cual se encarga de estudiar los
modelos de conflicto y cooperación entre sujetos tomadores de decisión inteligentes y racionales. Uno de los dilemas
más famosos estudiados es el del prisionero, que en su forma tradicional se
enuncia de la siguiente manera:
La policía arresta a dos
sospechosos. No hay pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos
separado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y
su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el
primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá
esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos confiesan, ambos serán
condenados a seis años. Si ambos lo niegan, todo lo que podrán hacer será
encerrarlos durante seis meses por un cargo menor.
La
solución racional, desde el punto de vista del mayor beneficio individual, es
confesar. Sin embargo, la mejor solución para ambos, es la estrategia de
beneficiar al otro. Este dilema muestra cómo dos personas pueden no cooperar,
incluso si en ello va el interés de ambas. En el problema del inicio del texto,
el mayor beneficio individual representaría que yo avanzara primero y que el
otro me cediera el paso, el problema es que el conductor del frente también
espera exactamente lo mismo que yo. En el contexto de la política
internacional, este tipo de modelos se utiliza para explicar la carrera
armamentística entre dos países: ambos consideran sus dos opciones: incrementar el gasto militar, o llegar a un
acuerdo para reducir su armamento. Como ninguno de los dos Estados puede estar
seguro de que el otro acatará el acuerdo, ambos se inclinarán hacia la
expansión militar.
La
desconfianza, como se ve en todos estos ejemplos, juega un papel importante, ya
que en el caso de los dos prisioneros pueden no fiarse uno del otro, por lo que
existe el peligro de que al no confesar, el contrario obtenga el máximo
beneficio individual. Sin embargo, la actitud de jugar cooperativamente, les
brinda a ambos la opción más ventajosa.
Es
interesante utilizar este modelo para analizar el conflicto por el que
atraviesa la Universidad en este momento. Los dos prisioneros (o jugadores),
representados por los dos grupos en pugna, utilizan diversas estrategias, que
representarían el camino racional para obtener el triunfo sobre el adversario.
Cada grupo responsabiliza al contrario por el impasse y al mismo tiempo escala
las acciones de confrontación. A pesar de todas estas acciones (o quizá como
resultado de ellas), los planteles siguen cerrados y el encono entre la
comunidad aumenta. ¿En dónde se podría establecer el punto de cooperación? En
mi opinión, el escenario en que ambos lados sientan un beneficio, tendría que
partir en reconocer en las posiciones contrarias las coincidencias para mejorar
el funcionamiento de nuestra Universidad. Algo que nos beneficiaria a todos
sería trabajar en la reglamentación faltante que nos brindaría el marco
institucional para dirimir nuestras diferencias y potenciar nuestras
coincidencias. Existen opiniones de la Comunidad que empiezan a reflexionar en
este sentido (Véase el texto de Roxana Rodriguez: http://roxanarodriguezortiz.com/2012/10/29/la-uacm-como-capital-politico-del-df/).
Adicionalmente,
el dilema del prisionero ofrece la posibilidad de desenmascarar al que no
coopera y que apuesta siempre por la ganancia individual (o en este caso que de
privilegio a un solo grupo de personas). Aquí es donde la Comunidad
Universitaria tiene que jugar el papel más importante: cuidar que en el máximo
órgano de gobierno se maneje de tal manera que la búsqueda racional del bien
individual (o de un grupo de personas) no conduzca al daño comunitario y por
ende al daño individual (Ver el excelente artículo del Dr. Luis Mochán sobre la
tragedia de los comunes, una variación de la paradoja del prisionero: http://www.acmor.org.mx/descargas/12_feb_20_pasele.pdf).
Es necesario establecer nuevas reglas del juego que privilegien la cooperación,
así como de estrategias efectivas de rendición de cuentas y transparencia que
desincentiven la no cooperación.
Regresando
a la historia de los coches, después de 15 minutos de no poder avanzar, decidí
bajarme del coche para platicar con los conductores contrarios. Nos pusimos de
acuerdo para todos ponernos en reversa, y que pasáramos uno a uno para poder
llegar sin problema a nuestros destinos.
Marco
Noguez, UACM-SLT.
marconoguez@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario